Una vocación de editor


Ignacio Echevarría

Un acercamiento personal a la figura y la labor editorial de Claudio López Lamadrid —lector y prescriptor entre dos siglos.

Prólogo de Emiliano Monge.


Entre el ensayo y la memoria, Echevarría nos ofrece una evocación panorámica de Claudio López Lamadrid como el prescriptor que representa el modelo más plausible de editor en el siglo XXI. Junto al prólogo de Emiliano Monge, este libro es un recorrido personal por los largos caminos de la literatura.

¿Cómo se convierte alguien en editor? ¿Cuál es el proceso por el que existe cualquier libro? Una vocación de editor narra ese camino de principio a fin a través de los impulsos y deseos que lo hacen posible, y transforma al editor, invisible por tradición, en el protagonista que se observa a sí mismo, haciendo evidente su relevancia en el mundo contemporáneo. Otros temas que se exploran en este volumen, comisionado por Gris Tormenta, son: la formación del criterio, los rasgos determinantes de una editorial independiente, las relaciones del español entre los diversos países, la relevancia del crítico en los mecanismos comerciales, los códigos de lectura de un editor y la relación con sus escritores.

Lee un fragmento.
Lee reflexiones sobre Una vocación de editor en el blog de Gris Tormenta.

Portada en alta resolución.
Contraportada.

Páginas: 136. Publicación: septiembre 2020.
Colección: Editor. Número en la colección: 3.
ISBN 978-607-97866-8-7
Formato: 12 x 18 x 0.9 cm. Peso: 165 g.
Encuadernación: rústica cosida con solapas.

 

Sobre el libro

 

¿Qué es un editor? ¿Qué hace? Me lo han preguntado cientos de veces y no creo haber dado nunca una respuesta convincente, pero ahora se me presenta una respuesta perfecta en forma de libro: Una vocación de editor.

— Julio Trujillo

Este libro hace un gesto que me parece muy importante, que era un gesto de Claudio: el de evitar el pensamiento apocalíptico. Decir: vamos a escuchar las voces emergentes, están pasando cosas interesantes y hay que abordarlas. En ese sentido es un libro que también abre una puerta.

— Lina Meruane

Echevarría habla de la figura del editor como DJ: esa persona que no está simplemente poniendo la música que le gusta, sino percibiendo la reacción del público. Pero también se podría hablar del crítico, o de cierta crítica, de la misma manera: una especie de mirar a la cultura, o hacer que la cultura se mire a sí misma.

— Pablo Duarte

A ratos son unas «Vidas paralelas», siempre un análisis lucidísimo de la praxis editorial, atravesado por ráfagas de emoción contenida, más emocionante cuanto más contenida. Qué difícil y qué bien. Qué lujo. […] Quién consiga encerrar a Ignacio Echevarría a escribir unos «Escenarios de la memoria» (del que este libro podría ser un capítulo) será un héroe de nuestro tiempo.

— Gonzalo Torné

Que este homenaje provenga de un crítico, más allá de la amistad que unió sus vidas durante cuatro décadas, es un acto de amor, no ya al amigo, ni siquiera hacia al editor, sino al espacio en el que ambos se encontraron: el de los libros, el de la lectura, el de la edición, el de la prescripción, el de la crítica.

— Antonio Jiménez Morato

Lo que más me interesó es que se trata de un relato en espejo. Una lección de cómo hablar de uno, y de lo más determinante del propio quehacer, sin apenas referirse a sí mismo. Esa sabiduría, esa madurez, ese ejercicio de adelgazarse, como un paseante de Giacometti, solo está al alcance de quien lleva décadas asomado a todas aquellas imágenes que se proyectan desde los mejores textos.

— Álvaro de la Rica

 

En los medios


La amistad y el trabajo que Echevarría compartió con López Lamadrid dan a este ensayo el carácter de una conversación entre colegas que dialogan sobre la creación del criterio, la metamorfosis de la lengua española, el peso de la crítica, la jerga del editor y la génesis de su vocación por esta profesión.

En Gatopardo


El escritor escribe textos y el editor los convierte en libro: el arco de esa transfiguración es amplio y está muy bien descrito por Echeverría, por su cercanía con López Lamadrid y por su propia vocación de lector profesional.

Julio Trujillo en La Razón


Echevarría consigna que Claudio López Lamadrid decía «Editar es prescribir». Me gusta leer esa idea desde una óptica curativa o boticaria, en la que el editor pre-escribe una receta para sumergirnos en una manera de leer el tiempo que caminamos.

Santiago Hernández Zarauz en Letras Libres


 
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Otros títulos en la colección

Perder el Nobel. Una historia sobre la fuerza de la literatura rusa, el oficio de la traducción y el significado de la pérdida. Y una gran introducción a Svetlana Alexiévich, Nobel de Literatura.

Las posesiones. Dos historias sobre la vida material de un escritor, sus manías y extravagancias, los premios inesperados y su postura literaria ante la vida.

Ilegible. Un ensayo narrativo sobre el arte de escribir y el proceso de pensamiento literario —elusivo, complejo, inagotable— detrás de la búsqueda de un texto «ideal».