Navegar las geografías del silencio

María José Vázquez, Antonio Tamez y Jacobo Zanella conversan en torno a la antología Viajes al país del silencio y la singularidad de tener un editor invitado.

5 diciembre 2021


En la antología
Viajes al país del silencio, doce voces del mundo tejen caminos —en medio de una sociedad ruidosa y constantemente ensordecedora— hacia un país imaginario, desde lugares tan remotos como familiares. A continuación se presentan fragmentos de una conversación entre Jacobo Zanella, coeditor en Gris Tormenta, Antonio Tamez, autor convocado, y María José Vázquez, quien moderó la conversación en el patio de la librería La Comezón.


María José Vázquez (MJV):
Viajes al país del silencio es un mapa que invita a adentrarse en un concepto que mucho se ha estudiado de manera académica, literaria, espiritual: el silencio. Pero este libro, en realidad, es una especie de hoja de ruta. José Manuel Velasco, editor invitado de esta antología, escribe en el prólogo, desde la ternura, diferentes experiencias del silencio: un tejido muy particular que abraza y arropa los textos.

Empezando con Gris Tormenta, ¿cómo fue el proceso de pensar esta antología y seleccionar los textos?


Jacobo Zanella (JZ):
La idea de un libro alrededor del silencio es previa a la pandemia, pero no se había editado porque había otros libros que nos emocionaban más. Tenemos un documento donde reunimos todas las ideas de antologías posibles para Gris Tormenta: en una primera parte están propuestas de libros que, si antes eran raros, absurdos o difíciles de hacer, ahora, con la pandemia, lo son más todavía. Y luego están los nuevos, los que de alguna forma hablan del mundo que cambió con la llegada del virus. Y el tema del silencio lo desplazamos del primer grupo al segundo: queríamos hablar, indirectamente, de lo que todos hemos sentido en los últimos dos años. Por otro lado, desde que conocimos a José nos dimos cuenta de que era un lector del silencio y que tenía una claridad absoluta del tema, así que lo más natural fue preguntarle si quería ser el editor invitado de la antología.

El proceso no fue tan extenso —casi un año—, quizá porque José llevaba mucho tiempo leyendo sobre el silencio, pero también porque creo que es un editor natural. Fue muy sorprendente darnos cuenta de cómo alguien que nunca había editado una antología tenía esa claridad del libro terminado antes de iniciar: no hubo grandes cambios en el proceso. Esto es un claro ejemplo de por qué un editor invitado es importante. Tanto él como Verónica Gerber Bicecci, editora de En una orilla brumosa, nos mostraron el valor de la especificidad en una antología. Los primeros libros de Gris Tormenta tienden a una apertura, pero Verónica y José fueron muy específicos: delimitaron el tema lo más posible.

Lo más radical de José fue su contrapropuesta de hacer un libro de experiencias de silencio, no de pensamientos alrededor del silencio. Además, desde el primer contacto que tuvimos con él, dividió la antología en tres apartados: «Naturaleza», «Mundo» y «Espíritu», que terminó siendo la estructura del índice del libro ya publicado.


MJV:
Me parece muy inteligente cómo están conectados los textos que conforman el índice. Antonio, cuéntanos un poco sobre tu texto, que se encuentra en la parte de «Espíritu».


Antonio Tamez (AT):
Este texto habla sobre el silencio que se construye en el temazcal. Evidentemente, dentro del temazcal están pasando muchas cosas: la voz del temazcalero, por ejemplo, y a veces usamos la palabra también. La sensación después de dejar el temazcal es muy parecida a la sensación después de meditar, hay un vaciamiento en este acto de limpieza. El silencio que se construye es interior.

En el libro se cuestiona qué pasa con el silencio cuando uno se calla, qué hay alrededor. El hecho de que José me invitara a colaborar en la antología llegó en un momento circunstancial. Traté de hacer un texto narrativo, que bordeara las fronteras del ensayo y que caminara por ese rumbo. Fue un reto tratar de poner ahí el silencio, de manifestar el silencio del temazcal, que se construye de una forma muy especial.


MJV:
Logras de manera muy potente combinar esta experiencia, sin duda personal, con la teoría. Tu texto nos permite asomarnos, en este espacio oscuro y particularmente hermoso, a otras formas del silencio que no estamos tan acostumbrados.

Una singularidad de los libros de Gris Tormenta es que no solamente contienen los textos de la antología, sino que siempre hay más. Hacia el final del libro hay fragmentos y citas sobre el silencio, escritos por diferentes autores y autoras. Y, además, una bibliografía relacionada. Es como hacer el mapa más grande, con otros espacios donde podemos explorar el silencio —no necesariamente como experiencia. Esto es muy Gris Tormenta. ¿Ustedes cómo trabajan esta parte?


JZ:
La idea de que un libro te lleve a otros libros o a otros textos me parece genial: no hay mejor recomendación de un libro que un libro que te encuentras dentro de otro. Esto que mencionas lo hemos sugerido al final de algunas antologías de la colección Disertaciones: apartados de notas y bibliografías relacionadas. Y, en este caso, va muy bien con la idea de José. Él quería hacer el libro del silencio total, y lo supo hacer muy bien, porque en lugar de delimitar una geografía del silencio hizo un mapa que la contiene toda. El lector siempre es más inteligente que la editorial, entonces sabrá navegar esas geografías, entenderá por qué están ahí todas las tradiciones —con todos los tonos, edades y experiencias— y conectará puntos que nosotros, quizá por estar tan cerca, no conectamos. Es una antología casi maximalista, pero siempre delimitada por la experiencia, que es un terreno literario muy pequeño e inexplorado; es decir, un enfrentamiento, una aproximación que solo la puede dar un editor. José desecha lo que se puede calificar como retórico, teórico o discursivo. En este libro todo encajó como si fueran piezas hechas a la medida para la antología que él había imaginado.

Además, hay algunas sutilezas que encontrarán ciertos lectores. Creo que los libros que están publicados en la colección Disertaciones tienen rasgos de un, por así llamarlo, humanismo contemporáneo; rasgos de una mirada muy personal, de cosas quizá menores, que a veces van deliberadamente en contra de alzar la voz. Cuando un lector lee de verdad —no para divertirse, no para entretenerse—, cuando decide qué leer sin que nadie se lo imponga —confinado en silencio y soledad—, está imaginando y pensando, está saliendo del mundo, y eso es quizá el acto más político, para mí, que alguien pueda realizar hoy.




Antonio Tamez es historiador, profesor y escritor. Ha escrito crónicas y ensayos para diversas plataformas literarias impresas y digitales, como La Presa, Punto de Partida y Tierra Adentro.

María José Vázquez es directora nacional del programa de Comunicación y profesora asistente de la Escuela de Humanidades y Educación del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro.


Conoce más sobre la antología Viajes al país del silencio aquí. Lee las primeras páginas y breves semblanzas de los escritores que en ella participan.

Disertaciones es una colección de antologías alrededor de un tema debatido por un grupo heterogéneo de voces o alrededor de una pregunta que sugiere una disertación colectiva.

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