Terrores nocturnos

El siguiente texto de Gonzalo Maier es el prólogo de ‘Un texto en camino’, de Javier Jiménez Belmonte (colección Editor, Gris Tormenta, 2022). El libro es un ensayo narrativo sobre la escritura de dos libros unidos por el azar y una reflexión sobre lo auténtico y lo original en la literatura contemporánea.

11 julio 2023

© Jasper Van Der Loos, Collage 65 (detalles), 2022


A veces dos miedos son un mismo miedo. Quién no ha visto, me pregunto, a un escritor preocupado hasta la neurosis por ser original. O quién no se ha encontrado con un novelista hispanoamericano robándole en secreto horas al trabajo —una por aquí, otra por allá— para terminar un proyecto que se le aparece de improviso y se impone frente a cualquier otra obligación cotidiana. En las páginas que vienen, creo que conviven magistralmente estos dos temores que podrían ser uno solo: el de no hacer lo correcto para escribir o, mejor dicho, para publicar, o mucho mejor dicho, para transformarse en un autor de tomo y lomo. Son miedos que se mezclan y confunden con las peripecias de un escritor novel que decide dejar de serlo. Un ensayo hermoso que vive de lo más bien sin su gemelo maldito, es decir, la novela que Javier Jiménez Belmonte efectivamente publicó y que está en la prehistoria de este libro.

Jiménez Belmonte es español y profesor, vive en Nueva York y tiene una carrera académica consolidada y seria. Parece todo lo que un profesor debiera ser, pero —y es un pero grande y con letras de neón— de repente decide publicar una novela y los años dedicados a construir un sitio, un lugar desde el que hablar y vivir, se tambalean. De un día para otro comienza a ser sospechoso, como lo son los aspirantes a escritores y, mucho más, los que vienen de la academia o de la crítica. Los escritores suelen mirar con suspicacia a cualquier profesor de literatura que inesperadamente decide cruzar por la mitad de la calle y dedicarse a la ficción. Y los catedráticos, imagino, se encontrarán en los pasillos de la facultad con un café en la mano y dirán con cara de resignación: «a este lo perdimos».

«Un texto en camino», visto con distancia, es precisamente un ensayo sobre la vida de los escritores que, más allá de su edad, recién comienzan: aquellos que envían correos a editores que no conocen, que esperan una respuesta que no llega y cuyo silencio crece según pasan los días y se extiende como una enredadera sobre una pared vacía. Querer publicar a veces se trata de eso: de aprender a esperar, es decir, a encontrar una pared sobre la que apoyarse un poco incómodo, sin saber muy bien cómo, y dejar que pase el tiempo. Y los tiempos de los libros, ya se sabe, son caprichosos y avanzan a su antojo.

Esa es la mitad de la historia, eso sí, porque el que sigue es también un ensayo sobre la preocupación romántica por la originalidad. Antes de aprender a robar —a dos manos, con una pistola en cada una, sin vergüenza ni pudor—, que es lo que hacen los escritores con oficio —o, al menos, eso fue lo que me enseñaron—, se pretende ser original. Creo que al comienzo, cuando esperan apoyados contra esa pared, todos los escritores aspiran a textos únicos y más o menos novedosos, que, dicho sea de paso, es una carrera que se suele perder de un modo u otro, y a veces muy descarnadamente, tal como Jiménez Belmonte podrá testimoniar. No hay mejor vanguardia que la retaguardia, dicen.


Y sobre esa paradoja se sienta este libro. Un día cualquiera, uno que pudo estar destinado a miles de otras cosas —a probar un restaurant de moda, a salir de paseo al parque, a visitar viejos amigos—, un autor que está feliz porque su manuscrito encontró editor y pronto será un libro de verdad, uno de esos días felices en los que nada malo puede suceder, decía, lo imposible reclama su lugar. El autor, que recorría con cierta liviandad el centro de Querétaro, entra a una librería y, entre miles de otros libros —en un sentido en medio de la historia de la literatura—, toma sin mayor razón un conjunto de cuentos de un escritor brasileño y, acto seguido, aparece el miedo.

¿Se puede plagiar un texto que no se ha leído, que se desconoce? ¿Suena creíble? ¿Es necesario enunciarlo y contarlo frente a una cerveza en una cantina extranjera como esos sumerios que confesaban sus pecados en voz alta, frente a un cordero para que él los absorbiera y se los llevara muy lejos? Estas preguntas, en las que resuena una suerte de Borges veraniego y con un sabático que lo mantiene lejos de la gran ciudad, son entrañables por su vocación de comedia de equívocos. Es una comedia estética, por supuesto, sobre la filosofía de la composición y sobre los deseos. Sobre la forma en que las vidas y los temas se repiten inevitablemente, al punto en que todos los escritores, de un modo u otro, se reconocen en los terrores nocturnos de Jiménez Belmonte.

Este libro puede ser una carta de amor a la desesperación que permite ver un gemelo donde solo hay, qué sé yo, un primo en segundo grado. Imagino que muchos tuvimos el mismo miedo y lo ocultamos. No es nada raro. Eso suele pasar en cualquier familia: en algún momento lo hicieron con los locos, con las embarazadas fuera del matrimonio y quién sabe con quién más. Hacer como que algo no existe muchas veces es lo más fácil, pero a veces, y por llevar la contra, alguien decide escribir un ensayo y sacarlo a la luz.

Nadie puede aspirar a la originalidad absoluta (ni relativa, creo), pero lo que se puede hacer —incluso lo recomendable, si me preguntan— es escribir como lo hace Jiménez Belmonte: con un tono ligero y saltarín, sorprendido y ameno, con los ojos muy abiertos y encantado de descubrir algo tan natural que a ratos se vuelve imposible e impronunciable. Parece que a veces hace falta una pandemia para que se abran otros mundos, para que se desplieguen los caminos caóticos que siempre han estado a la espera, criogenizados, y que llevan a que un trabajo académico sobre el poeta granadino José Heredia Maya —el primer poeta gitano en publicar en España; otra vez el debut literario y su ceremonia— se revele en su falta de lugar, en su despropósito, y archivos imprevistos crezcan en el disco duro de un computador como hongos que no solo esconden una novela, sino un ensayo fantástico e inesperado.


— Gonzalo Maier




Un texto en camino, de Javier Jiménez Belmonte, es un ensayo narrativo sobre la escritura de dos libros unidos por el azar y una reflexión sobre lo auténtico y lo original en la literatura contemporánea.

Javier Jiménez Belmonte (Córdoba, 1972) es escritor, académico y profesor español, especializado en la cultura hispánica y literatura comparada de la Universidad de Fordham, Nueva York, desde el 2002. En 2022 publicó Desentierro, su primera novela.

Gonzalo Maier (Talcahuano, 1981) es escritor, periodista y académico. Ha publicado obras como Leyendo a Vila-Matas, Material rodante, El libro de los bolsillos, Hay un mundo en otra parte y Leer y dormir. Mantiene una columna quincenal en el diario Las Últimas Noticias.


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