La literatura como fuerza de oposición
Fragmentos de ¿Para qué sirve la literatura?, de Antoine Compagnon, y de «Contrainforme del coronavirus», de Javier Cercas.
12 febrero 2021
La literatura es una fuerza de oposición: tiene el poder de combatir la sumisión al poder. Contra-poder, pone de manifiesto todo el alcance de su propio poder cuando es perseguida. De donde se desprende una molesta paradoja, a saber, que la libertad no le es propicia, puesto que la priva de servidumbres a las cuales resistirse. De manera que el debilitamiento de la literatura en la escena pública europea a finales del siglo XX podría tener relación con el triunfo de la democracia: se leía más en Europa, y no solamente en el Este, antes de la caída del muro de Berlín. […] La literatura de ficción, precisamente porque es desinteresada —una «finalidad sin fin», como se define el arte desde Kant—, adquiere un interés de nuevo paradójico. Si solo ella puede servir de vínculo social, es gracias a su gratitud y a su generosidad en un mundo utilitarista caracterizado por las especializaciones productivas. —Antoine Compagnon
La catástrofe del coronavirus puede ser buenísima para la literatura, porque a menudo lo que es malo para la vida es bueno para la literatura, y lo que es malo para la literatura es bueno para la vida. Quiero decir que la felicidad es muda; que, en un mundo feliz, no habría literatura, o como mínimo no habría novelas (poesía tal vez, pero poca y muy mala). Quiero decir que la literatura se alimenta del horror, del conflicto, de la discordia: de lo malo, no de lo bueno. Quiero decir que los escritores somos gente peligrosa, en el mejor de los casos individuos parecidos a los alquimistas, aquellos chalados que buscaban convertir el hierro en oro: los mejores escritores convierten el espanto y el sufrimiento en belleza y sentido. Por eso la literatura es útil. Yo no creía eso, que la literatura fuera útil, cuando empecé a escribir y aspiraba a ser un escritor posmoderno; pero ahora, cuando solo aspiro a ser el mejor escritor posible, ya sé que estaba equivocado. Claro que la literatura es útil, siempre y cuando, desde luego, no se proponga serlo: en el momento en que se propone serlo se convierte en propaganda o pedagogía. Y deja de ser literatura (al menos buena literatura). Y deja de ser útil. —Javier Cercas
Extracto de La littérature, pour quoi faire?, de Antoine Compagnon, sección inaugural de la Cátedra de Literatura Francesa Moderna y Contemporánea del Collège de France, leída el 30 de noviembre de 2006 [traducción de Manuel Arranz, ¿Para qué sirve la literatura?, Acantilado, Barcelona, 2008].
Extracto de «Contrainforme del coronavirus», de Javier Cercas, en Diario de la pandemia, varios autores, UNAM, Ciudad de México, 2020.
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